miércoles, 22 de abril de 2009

Cruzar la "raya"

Habían pasado algo más de siete meses desde el primer encuentro. Cuando les conocí me parecieron dos personas afables y encantadoras, pasamos una velada estupenda. Cuando acabó la fiesta y nos despedimos, me pareció que despedía a dos amigos, conectamos. Las nuevas tecnologías se aliaron con nosotros en todo este tiempo junto a los planes para alguna excursión que nos permitiese volver a echar un rato tan agradable o más que en la primera ocasión, para compartir además de experiencias también cultura, para escenificar desde la amistad el hermanamiento de dos países que se dan la mano.


Ahora la pelota está en mi tejado porque los dos encuentros fueron en mi zona, me toca mover ficha y eso significará cruzar la raya. Lo he prometido y sólo será cuestión de encontrar una fecha apropiada para marcarla en el calendario, porque ganas hay, de eso no queda duda.

Recuerdos sellados con el albero y la gastronomía, coches clásicos, motos y aventura, las ondas y la pasión por la vida. A veces las casualidades existen y las oportunidades están ahí para no perderlas.

sábado, 18 de abril de 2009

Treinta años...


Tenía apenas dos años y mi preocupación principal probablemente tuviera mucho que ver con las necesidades primarias de la pirámide de Maslow. Pero a mi alrededor se estaba fraguando la mayor revolución del último siglo, un cambio basado en la concepción de las personas como seres sociales activos en la sociedad en la que vivían.

Democratizar la sociedad, convertirla en algo de todos, hecho por todos, con la voluntad de todos, fue, sin duda, un paso adelante que rompe todos los esquemas. Y quienes la vivieron de cerca sintieron el vértigo y la responsabilidad de hacer frente a un camino nuevo con un ritmo diferente y hacia un acantilado que tras de sí tenía una inquietud más, no era un pozo sin fondo ni un precipicio sin remedio. Era una plataforma para echar a volar y así se hizo.

Del primer alcalde al actual, y el presidente de la FEMPEX.-Ldiez


El resultado está a nuestro lado, treinta años después, quienes vivimos aquello ignorando el cambio por la edad, ahora podemos apreciar el sentido de todo eso y podemos sentirnos parte de la revolución porque hemos caminado en ella, hemos puesto nuestro granito de arena en el día a día y estamos llamados a ser útiles de este motor del cambio que, aunque consolidado, necesita de valentía y arrojo aún hoy.

Los ciudadanos fuimos, más bien fueron, decisivos. Los políticos, muchos de ellos sin escuela ni vocación clara, forjaron el cambio a través de su buena voluntad, desde los primeros pasos a tientas por un camino desconocido, hasta la actualidad donde las grandes claves del cambio ya tienen fichas de profesionalidad.

Pero el camino sigue, sobre todo porque mirando alrededor también vemos que hay aún lugares donde la Democracia tiene flecos que recoger y en el ejemplo de unos encuentran el consuelo otros, en el esfuerzo de todos se consiguen resultados colectivos y ésos son los que estarán reflejados en los libros de Historia.


miércoles, 1 de abril de 2009

Juego de Colores


El blanco siempre había sido un color neutro y sin demasiada importancia, hasta en los trajes de novias había ido perdiendo su protagonismo para sucumbir ante los llamados blancos rotos, marfil o guiños de color aquí o allá, para ser un poco originales.

Y es que el tiempo juega en contra de algunas cosas, pero creo que a favor de otras. Quisiera pensar que hay momentos que se pueden reducir a juegos de colores, pero me temo que serán más que eso.

No es la primera vez que se habla de respeto en estas líneas y es que a diario podemos presenciar situaciones en que precisamente el respeto sale perjudicado seriamente. Decisiones que gustan a unos, lógicamente pueden disgustar a otros; personas que apoyan ciertas cuestiones pueden encontrarse con deserciones en sus filas por desavenencias.

Pero, ¿es posible ir más allá de las cuestiones formales y entrar en el fondo?
En procesos electorales de distintos ámbitos se vota a personas para que encabecen proyectos, se deposita en esas personas la confianza de los votantes porque creen que harán lo mejor para cierto colectivo. Después, en el día a día, hay decisiones que pueden gustar o no, pero en un período más o menos breve, de nuevo se convocarán elecciones y podrán ser cambiados los cargos directivos en función de los acuerdos o desacuerdos con la labor realizada.

Hasta entonces, debe reinar el respeto entre los ciudadanos, entre las personas, sin que por ello se tenga que obviar el derecho de todos a mostrar su disgusto ante cuestiones variadas, pero guardando las formas, lejos de presiones interesadas, sin ser prepotentes, ni rallar en el insulto denostando la labor que realizan quienes dan la cara.

Ante la próxima Semana Santa, que impere la cordura, que si hay cofradías que quieren lucir un lazo blanco puedan hacerlo, si otras no optan por ese gesto, pues tan amigos. Suponemos que son decisiones estudiadas por quienes tienen los cargos dirigentes y que obedecen a la opinión de la mayoría, que no siempre llegan por unanimidad aunque pudiera darse el caso.

Y ante las noticias que surgen estos días, me pregunto con tristeza, ¿dónde queda el derecho constitucional de la libertad de expresión? Yo no necesito ponerme un lazo cada vez que quiera expresar lo que pienso, pero podría hacerlo si me apeteciese. Me parece que tendríamos que repasar un poco nuestros derechos y deberes como ciudadanos porque si no acabaremos deteriorando la Democracia de la que tanto hacemos gala.