jueves, 30 de julio de 2009

No es Justo

Mañana se cumple el cincuenta aniversario desde la creación de la banda terrorista ETA y parece ser que quieren celebrarlo con “fuegos artificiales”. Quién sabe si alguno de los “pobres” terroristas que está cumpliendo alguna “condena” en la “cárcel” celebra ya desde ayer mismo ese insólito cumpleaños. Hace tiempo que debieron dejar de contar, quizás todo el tiempo que hace que mucha gente dejase de creer en la posibilidad de acabar con ellos por vías “legales”.
NO es raro que cada vez surjan más voces que pidan la cadena perpetua ni tampoco culpo a quienes entre la rabia y el dolor piden pena de muerte, es difícil ponerse en el pellejo de quienes sufren esta lacra más de cerca. Si a todos se nos encoge el corazón cuando observamos las imágenes de estas acciones, cuánto más pueden llegar a ser comprensibles reacciones de furia contra ellos. Yo no tengo recetas contra esta panda de innombrables, pero tengo sentimientos y me duele cada muerte, cada familia destrozada y cada llanto de un ciudadano que ha perdido a su novio, a su hermano, a su hijo, vecino o amigo…
No lo entiendo y también me dan ganas de decir muchas cosas más contra todo esto, pero me puede el orgullo y hasta me sienta mal tener que escribir estas líneas porque ni siquiera se merecen ser protagonistas de mi tiempo, aunque sea para recibir mis enérgicas críticas.
Entrecomillaba al comienzo algunas palabras porque al escribirlas pensaba en el sinsentido que representan. “Fuegos artificiales” que sirven para segar vidas jóvenes o no tan jóvenes, pero vidas. “Pobres” que se benefician de toda clase de artículos legales para reducir penas hasta el punto de poder volver a ver la calle aún siendo criminales y asesinos. Y la “condena” en una “cárcel” donde tienen privilegios de los que otros no gozan, porque hasta el hecho de estar aislados del resto de los presos puede llegar a ser un privilegio que les beneficia. Mejor para ellos que salen después con carreras universitarias tan legales como las que un ciudadano cualquiera.
Termino con mi sentimiento más cariñoso para quienes se han visto afectados por estas acciones repugnantes y mi más rabiosa condena a sus responsables.

sábado, 25 de julio de 2009

Música para todos

“¡Qué cara más bonita tiene esa niña…!”

“El color de tu pelo, niña, tu pelo,
Cuando vas por la calle
¿quién fuera viento?”

Y soñaré que un día volarás
A mi palacio de cristal…

Trazos que devolverán a la memoria de muchos los acordes de unos temas que hacen retroceder en el tiempo varias décadas.
Música para mayores, que dirán algunos.
Música para el recuerdo de una época que se mantiene viva porque sus artífices siguen poniendo el acento en ellas y porque la música nunca muere más allá de sus creadores.

Bordón 4 atrae en su vuelta a los escenarios a gente de todas las edades a pesar de la incredulidad de gente como yo, tengo que reconocerlo, que pensaba que sólo llevaría a sus conciertos a quienes se mocearon con estos cantes en los años 70 y 80.
Hace unos días tuve la oportunidad de verlos y porqué no decirlo de disfrutar con su música, porque le ponen ganas más allá de los años, porque viven lo que cantan y sienten lo que transmiten.

Junto a ellos en el concierto, pisó el mismo escenario un joven valor del nuevo flamenco pop, de la rumba actual y del sentimiento gitano, Ketito. Un nombre aún ajeno a los grandes aplausos que supo meterse al público en el bolsillo con su voz, con sus letras y echando mano de algún que otro fandango. Primo de Dioni, el de Camela, credencial ésta que le valdrá oro en el difícil mundo de la música actual donde surgen por cada esquina nuevos cantantes, solistas o grupos, que intentan copar los éxitos del panorama nacional e internacional.

Después de intercambiar algunas palabras con todos ellos, me quedo con la ilusión y los nervios de principiante de Ketito, con la mirada cercana de Dioni y con el entusiasmo juvenil de Bordón 4.

La música es un buen tonificante para ir volviendo a la realidad después de la primera parte de las vacaciones estivales.