sábado, 6 de febrero de 2010

Sábado, con sol

A modo de una fantasía, de una visión que viene y se va como para crear el síntoma pero sin aparecer del todo... así son estos días de prematura primavera que pareciesen anunciar la estación que viene, como para evitar que el intenso frío de este invierno y las no menos constantes lluvias, hubiesen podido dejar una sensación desangelada a una temporada que muchos disfrutan sin problemas.

Siempre he dicho que soy de secano, y el sol de estos días me devuelve la esperanza de días mejores, en realidad es como si quisiera recordarme que están ahí, a la vuelta de la esquina para que no me desanime. Puede que se cumpla aquello que escuchaba a menudo de pequeña "no hay sábado sin sol, ni mocita sin amor" y que me hacía gracia.

La verdad es que esto del invierno, con su frío, con sus lluvias e incluso alguna que otra nevada como novedad, tiene su aquel, y también aporta esos momentos de recogimiento que hacen falta para relajar la mente, aunque no el cuerpo que se me encoje hasta entrar en buena temperatura.

Pero hoy me ha permitido pasear en calma, disfrutando también de las calles de una ciudad tranquila, con los ecos de la vida que apenas unas horas antes dejaba el bullicio de un sábado cualquiera.

Hoy no es un sábado cualquiera, no lo es porque este sábado será único, distinto… será sábado y se irá, pero miro al frente, a los que nos quedan por vivir.

jueves, 4 de febrero de 2010

Humos


Sí, es posible que sean necesarios los famosos “días de” para caer en la cuenta de algunas cosas en la rutina diaria que tenemos.
Hoy es el Día Mundial contra el Cáncer, más bien el Día Mundial de la Difusión de Información para prevenir el Cáncer y reconocer, de paso, la labor tan importante que llevan a cabo muchos profesionales del sector médico, principalmente.

Me llama poderosamente la atención que entre los consejos que hoy escuchamos por doquier sobre la prevención de esta dichosa enfermedad, está el no al alcohol y no al tabaco. Es curioso porque el resto de consejos van en la línea de hacer ejercicio, comer sano, … en definitiva, intentar llevar una vida lo más saludable posible. Y es verdad, para prevenir ésta y para cualquier otra enfermedad.

Lo que pasa es que todos esos consejos se convierten en opciones personales que individualmente puedes o no seguir, y ya está. Salvo uno, el tema del tabaco, que es más controvertido, porque uno puede fumar o no según quiera, pero los fumadores pasivos nos tenemos que tragar los malos humos que expulsan los fumadores por la nariz y los que echan por la boca cuando aplaudimos la puesta en marcha de medidas como las encaminadas a prohibir fumar en lugares públicos.

Les hurtamos el derecho a elegir la opción de fumar, parece ser. No me río porque prefiero no ser tan irrespetuosa como otros, pero desde luego tiene tela la cosa, porque guasa poquita. Así es que ellos tienen que tener el derecho a fumar donde les plazca mientras los demás nos quedamos en casa para no tener que tragarnos los humos del tabaco cuando quieres disfrutar de una cena con tus amigos, o de unas copas en un pub nocturno.

No sé en qué diccionario tendremos que buscar el verdadero significado de respeto porque no acierto a encontrar la definición que se ajuste a estas discrepancias. Ni creo que los establecimientos hosteleros vayan a quebrar por no permitir fumar en su interior, ni nadie se va a morir de un resfriado por fumar en la calle durante unos minutos, que digo yo que tendrán abrigos, bufandas y demás complementos para el invierno…