domingo, 20 de junio de 2010

Materia Prima

Conocí esta canción durante un verano norteño. Ha pasado mucho tiempo.
Me gustó.
Me tocó eso que hace que una canción no pase jamás desapercibida y comience a formar parte de la historia en sonidos de tu vida.
Me gustó tanto que es una de esas canciones para las que no me importa subir el volumen hasta el máximo y cantar con ellos.
Sólo escuchar sus primeros compases y ... ahí están imágenes tan distintas en mi recuerdo, momentos tan dispares.
Son Materia Prima y esta canción es especial, vuelvo a escucharla en este domingo ...



jueves, 17 de junio de 2010

nudo... en la garganta


Fue difícil contener la emoción aunque algo se me rebelaba por dentro mientras escuchaba uno a uno a todos los intervinientes y pensaba en el homenajeado. Me preguntaba si le hubiese gustado saber en vida todas esas cosas tan sentidas que sobre él se dijeron en una cita breve pero intensa. Había mucho cariño en la organización y entre los presentes, mucho agradecimiento y mucho orgullo por haber compartido alguna faceta de la vida con él.

Pero ya no está, y la situación me hizo pensar en la cantidad de personas que pasan por nuestra vida y se van sin saber lo importante que fue su presencia para nosotros, los buenos momentos que pasaron, la influencia positiva que dejó su huella, … en fin, que nos cuesta mucho decir a los demás lo positivo cuando les tenemos delante. Es una lástima que nos vayamos sin saber todas esas cosas que marcan los discursos de la ausencia.

En esta partida que es la vida, ganar no siempre depende del mejor movimiento de las fichas, a veces en el camino nos aguardan sorpresas que no acertamos a divisar.

Hoy tengo un nudo en la garganta, ese nudo marinero que se formó con el duende cosquilleando en la tripa, seguido de un fado portugués que llenó una estancia cargada de sentimientos, de recuerdos, de vivencias pasadas… pero me quedo con un mensaje, el de “hasta siempre” y las palabras que insisten en que, aunque físicamente no estemos, en nuestras huellas y en los recuerdos que compartimos con quienes pasan por nuestro lado, seguirá siempre viva nuestra presencia, más allá de los tiempos.

sábado, 12 de junio de 2010

Tiempo de cambios

Otra vez he cogido estos días la rebeca. Este tiempo caprichoso que se nos presenta cada día no nos da tregua y parece querer probarnos a cada paso. Una semana de intenso calor casi propio de pleno verano y luego un zarpazo con estos días tan fresquitos y de lluvias, en muchos sitios, incluso dañina.

El ser humano, que aspira a controlarlo todo, no puede con la climatología, eso parece que se le escapa. Aunque... ¿quién sabe si todos estos cambios no son más que el resultado de la mano del hombre con el paso de los años? No soy científica, ni quiero serlo, sólo observadora. Y tiro de memoria para recordar que este invierno tan lluvioso ha sido inusual para lo que recuerdan mis años, al menos en esta tierra extremeña. Tampoco es muy normal que en la segunda quincena del pasado mes de octubre me bañase en el mar, ¡con lo friolera que siempre he sido!, pero hacía calor, lo hizo casi hasta bien entrado noviembre.

















Y ahora este final de mayo y comienzo de junio tan veraniego, lástima que fuese sólo una especie de aparición porque esta lluvia y este frío de la última semana nos pilló traspuestos. Apenas recoges las prendas de invierno en esta tierra que no tiene primavera y de nuevo hay que tirar de ellas. Es sólo una tregua, lo sé, y cuando menos nos lo esperemos estaremos otra vez en tirantas, y lo que es peor quejándonos de nuevo por el calor que nos agota.




Somos así, humanos inconformistas.


Pero no voy a terminar sin acordarme de ti, tío, que te fuiste en esos días del incipiente verano, que nos dejaste el alma helada, tanto que conseguimos enfriar el ambiente y ahora que la serenidad nos va devolviendo a la realidad del día a día, poco a poco parece que vamos entrando de nuevo en calor. Nos quedan tantas cosas tuyas que aunque te hayas ido sigues siempre a nuestro lado.