lunes, 28 de marzo de 2011

Tiempo de espera

Ahí fuera el mundo está convulso, y mucha gente lo está pasando mal. Puede que sean malos tiempos para algunos, más bien para muchos, y no es que me sienta culpable por no sentirlo igual, pero supongo que cada vida tiene su momento y su etapa para experimentar cada sensación.


Lo sigo todo o lo intento, aunque es verdad que he conseguido, no sin cierta dificultad, tomar un poco de distancia. La verdad es que durante mucho tiempo había pensado que me sería difícil, y sinceramente lo ha sido, lo está siendo. Y es que el "proyecto" que ahora me ocupa es el mayor de mi vida, sin duda, a pesar de que cada cual tiene en su cabeza o en su corazón su propio proyecto de vida, su propia preocupación.


Mientras pasan los días de espera, intento sin éxito despedir este catarro con el que he dado la bienvenida a la primavera, la estación que más me gusta del año. Ya estaba deseando que los días de tardes inmensas llegasen para disfrutar de la luz y de la vida, pero creo que voy a tener que esperar un poco y recuperar la forma.


Tierra en continuo vaivén, amenaza de contaminación expansiva, vidas deshechas y otras por reconstruir, proyectos para salvar empresas que han sido víctimas de una crisis que sigue haciendo de las suyas, ... son aspectos que laten en cada día de este 2011 que nos deja malas estadísticas para la Historia, a pesar de que los cambios que los ciudadanos de muchos países árabes están obrando abren grandes esperanzas para la mejora social de sus pueblos.


Y todo ello aderezado con los mensajes electorales que nos acompañan desde hace meses y que se harán más notorios en lo sucesivo hasta alcanzar la segunda quincena del mes de mayo. Este año me perderé la campaña electoral, será la primera desde que comencé a trabajar y aunque mis ocupaciones seguramente me dejen poco tiempo para echarlo de menos, seguro que ese gusanillo que tengo dentro hará de las suyas en algunos momentos, hay cosas que no se pueden evitar, genio y figura, supongo...


Y mientras el sol sigue intentando ganar terreno a las nubes en esta tarde de marzo, siento sus movimientos dentro y sueño despierta, porque eso sí que no se puede evitar.