martes, 3 de julio de 2012

El balcón… ese lugar para colgar algo más que macetas


De un tiempo a esta parte, pasear por las calles de nuestros pueblos es disfrutar también de un espectáculo acorde a los tiempos, creencias y gustos a través de los balcones y ventanas de los ciudadanos. Y digo de un tiempo a esta parte porque no hace muchos años estas prácticas no eran tan comunes y, en algunos casos, quizás no encontrábamos los motivos actuales para llevarlas a cabo.

El caso es que a las banderolas con motivos religiosos en torno a festividades como el Corpus Christi o la Navidad, junto al papá noel o incluso los tres Reyes Magos, ahora y gracias especialmente a los más jóvenes se ha perdido el complejo de lucir los colores de la enseña nacional.

Más allá de los tabúes pertenecientes a una etapa histórica concreta y más allá de las opiniones de los demás, esta España que ha demostrado poder con todo en el mundo del deporte ha relegado al pasado las vergüenzas de llevar aquí y allí una bandera nacional.


Balcones y ventanas, coches, motos y hasta bicicletas, camisetas y equipaciones completas, los colores rojo y amarillo de la rojigualda lucen incluso en tatuajes más o menos duraderos porque el sentimiento español se ha multiplicado en estos años hasta el punto de unir el orgullo patrio llenando calles y plazas en una marea de euforia colectiva que ojalá, porqué no decirlo, dure mucho tiempo.

Gracias a los futbolistas de nuestra selección por escribir una página en la historia mundial de este deporte, pero gracias también a otros como los Nadal, Alonso, Contador, los jugadores de la selección española de baloncesto o los atletas y demás deportistas que en sus competiciones de temporada y en citas destacadas como los Juegos Olímpicos llevan a lo más alto ese sentimiento que se recoge en el más que vitoreado últimamente “yo soy español, español, español…”.

Gracias a todos ellos que luchan en primera línea y recogen sus medallas y gracias a quienes desde detrás transmiten los valores necesarios para llegar a ese punto, quienes ven pasar el éxito desde otros asientos pero que son tan imprescindibles como el que más. Y en este punto lo personifico por ser de máxima actualidad en don Vicente del Bosque, todo un señor sin duda y a quien le debemos en gran medida el triunfo de esta selección que lo gana todo por su juego y por su filosofía, porque no olvidemos que todo cuenta.