domingo, 20 de diciembre de 2009

Cuando el gallo cante


Pues sí que el mundo está convulso, y a días de celebrar la noche grande de la Navidad, una no sabe hacia donde mirar para encontrar un halo de esperanza que, sin duda, hay que tener siempre presente para seguir avanzando por estos caminos en positivo.

En una parte del mundo lo habitual son las inmolaciones por causas que justifican en la barbarie, algo que en nuestra cultura no sólo es que creamos impensable sino que nos parece tan raro que nos escandaliza cada día. Qué difícil de digerir con tanta asiduidad la crudeza de las imágenes que vienen llegando de Oriente, sea Medio, Próximo o da igual.

Mirar al Norte de Europa es volver a encontrar una desesperanza, con tantos líderes mundiales incapaces de dejar a un lado los egoísmos y deseos de llegar a más a cualquier precio. Parece una cosa más de cualquier informativo y sin embargo se ha perdido la oportunidad de oro para llegar a más, pero todos juntos, los que estamos ahora y los que vendrán. No escarmentamos, no.

Pero bueno, si nos venimos a España con la que está cayendo en todos los sentidos, parece que a algunos solo les importa destacar por encima de los demás, buscar el más mínimo resquicio separatista para hacerse notar, huir de la palabra respeto a los demás a cualquier precio. No es cuestión de ser o no aficionado a alguna cosa, como en este caso en el ámbito taurino. Más bien es el afán de algunos sectores por afianzar lo diferente, por recalcar que su idea única y reto final es conseguir estar fuera de un sistema que no les gusta pero del que han bebido y siguen bebiendo según los intereses. A veces me dan ganas de dejarlos, que se separen, que hagan lo que les de la gana, si son capaces de salir adelante pues mejor para ellos, pero que no vengan luego a pedir porque vivir en comunidad es compartir, no ganar para sí, guardar y guardar sin más, que está bien ahorrar pero no aprovecharse de las circunstancias.

Aquí está claro que somos españoles para lo que nos interesa, a la hora de recoger fondos del reparto de la torta nacional, cuando hacen falta gestiones diplomáticas para interceder en secuestros, cuando los apoyos escasean para organizar algún tipo de evento que repercuta en el panorama mundial, … los intereses creados. A ver si alguna vez los demás nos espabilamos y empezamos a caminar en otro sentido, entonces será cuando otro gallo comience a cantar para algunos. Todo se andará.

1 comentario:

Manolo dijo...

Dudo que a ese gallo lo escuchemos nosotros (suponiendo que cante algún día, que es mucho suponer)