sábado, 6 de febrero de 2010

Sábado, con sol

A modo de una fantasía, de una visión que viene y se va como para crear el síntoma pero sin aparecer del todo... así son estos días de prematura primavera que pareciesen anunciar la estación que viene, como para evitar que el intenso frío de este invierno y las no menos constantes lluvias, hubiesen podido dejar una sensación desangelada a una temporada que muchos disfrutan sin problemas.

Siempre he dicho que soy de secano, y el sol de estos días me devuelve la esperanza de días mejores, en realidad es como si quisiera recordarme que están ahí, a la vuelta de la esquina para que no me desanime. Puede que se cumpla aquello que escuchaba a menudo de pequeña "no hay sábado sin sol, ni mocita sin amor" y que me hacía gracia.

La verdad es que esto del invierno, con su frío, con sus lluvias e incluso alguna que otra nevada como novedad, tiene su aquel, y también aporta esos momentos de recogimiento que hacen falta para relajar la mente, aunque no el cuerpo que se me encoje hasta entrar en buena temperatura.

Pero hoy me ha permitido pasear en calma, disfrutando también de las calles de una ciudad tranquila, con los ecos de la vida que apenas unas horas antes dejaba el bullicio de un sábado cualquiera.

Hoy no es un sábado cualquiera, no lo es porque este sábado será único, distinto… será sábado y se irá, pero miro al frente, a los que nos quedan por vivir.

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