martes, 13 de julio de 2010

Euforia colectiva

Aún hoy todo el mundo tiene esa sensación de alegría al pasar por las calles y ver las banderas colgadas de balcones, ventanas, negocios, en los coches e incluso en el vestuario habitual de pequeños y mayores. Hasta cuando durará esa euforia colectiva es una incógnita. Porque la vida sigue y, como ayer, el trabajo, la rutina, las vacaciones, la familia o los amigos reclaman nuestra atención y nuestra dedicación. Vamos, que el día a día apenas da tregua para vivir lo que desde el domingo estamos disfrutando.

Sobre todo desde el domingo, aunque la fiesta para muchos comenzó antes, especialmente para los más aficionados que vivieron cada partido como una final, porque la gesta de la Selección Española se ha conseguido paso a paso dejando un enorme disfrute general en su periplo por tierras sudafricanas.

Y hemos gritado, nos hemos desesperado, hemos animado, hemos saltado, hemos llorado de emoción y hemos disfrutado juntos, como hacía mucho no ocurría, bajo los mismos colores y frente a un mismo sentimiento de orgullo propiciado por unos jóvenes deportistas que han conseguido mitigar los efectos del calor de este verano duro y los de la situación actual en el ámbito socioeconómico y político, principalmente.


Villafranca de los Barros disfrutó de la final en pleno centro urbano.-LDíez

Se dejaron los envites durante unos días y todos pusieron su granito de arena, pero ay! que esto pasa y cuando las banderas dejen de ondear en sitios insospechados hace unos meses, cuando mañana la atención política se centre en el Congreso de los Diputados, cuando volvamos a recibir facturas en casa o haya que economizar al máximo las vacaciones, … Ahí volverá a pisarse el suelo del que nos elevamos estos días gracias a la pasión roja que han levantado estos chicos de Del Bosque. Curioso personaje este seleccionador, único y especial desde su mirada a sus comentarios, su saber estar, su discreción absoluta y su sencillez en las formas. El alma de la roja que ha devuelto la ilusión por el fútbol a un país ávido de celebraciones multitudinarias.

El espectáculo de la capital en las celebraciones por el Campeonato del Mundo deja muchas lecturas, el deporte une, y une lo que no consiguen otras situaciones, salvo algunas de la historia más triste del país en los últimos años. Pero esto, esto es diferente, y sí la vida hoy sigue, pero quizás esa unidad demostrada en las últimas horas pueda ser la energía necesaria para levantar un país alicaído desde hace meses.

1 comentario:

Caty dijo...

Es curioso ver cómo masas y masas de personas se mueven por el futbol. No deja de sorprenderme.
Y me pregunto si el fondo de la cuestion es una necesidad de ser capaz de ilusionar, de convencer, de lograr objetivos, de sonreir, ...
No sé, esto es muy raro.
Besos, que hace tiempo que no nos vemos.
Caty