Hoy es el día de San Francisco de
Sales, patrón de los periodistas, y en el ánimo de la profesión hay pocas ganas
de fiestas en estos tiempos que corren. La crisis generalizada en lo económico
ha derivado en crisis de valores y venimos viendo con tristeza el acontecer
diario en las empresas periodísticas.
Al cierre de medios de comunicación por la situación complicada en lo económico en sus empresas matrices se une inevitablemente el despido de numerosos compañeros, pero también un efecto colateral que preocupa tanto o más a los periodistas. Estamos observando cómo se denigra la profesión con ofertas vergonzosas para trabajar a bajo coste e incluso a coste cero.
Las prácticas gratuitas durante el período formativo podrían tener un cierto pase, que tampoco debería ser así del todo desde el momento en que se está prestando un servicio a la empresa en cuestión con todas sus consecuencias y fórmulas hay para canalizar estas cuestiones legalmente.
Lo peor es comprobar cómo, día sí día no, hay denuncias de compañeros a los que se ofrece trabajar por casi nada a cambio y más preocupante es que se aceptan estas condiciones ante la difícil situación actual y con tal de entrar a trabajar en algún medio mejor que estar en paro.
Es triste y además son cuestiones
no privativas del periodismo, porque casos de este tipo se ven cada día en
distintos ámbitos laborales, muchos se denuncian y llegan a los ciudadanos,
generalmente a través de los propios medios de comunicación y sobre todo desde
las redes sociales, pero ¿cuántos se quedarán en el silencio de quien los padezca
por miedo a que les echen de la empresa para la que trabajan sin cobrar nada a
cambio?
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