domingo, 24 de mayo de 2009

Apicius, sinónimo de buen comer...


Lo que yo habría definido como “llegar y besar el santo”, ella lo caracterizó en un alarde de humildad como “la suerte del principiante”. Lo que está claro es que tras sus manos se esconde el arte de hacer cocina que en los primeros siglos de nuestra era recogiese Apicius en su De Re Coquinaria.
Y Apicius es el nombre que eligió para englobar un trabajo que mezcla el servicio a los demás con la diversión de poder hacer lo que más te gusta.

Con Sergia y Carolina en las puertas del Apicius de Mérida.

Carolina Sciolla, chilena de nacimiento, consiguió el primer y único premio del I Concurso Gastronómico del Cabrito organizado por Capriex y la Hermandad de San Isidro Labrador de Villafranca de los Barros. Y lo hizo con un timbal de cabrito que deleitó al jurado y a quienes tuvimos la oportunidad de probarlo después.

Y en Mérida, frente a las Escolapias pudimos visitarla de nuevo días después, en el Apicius, para quedarnos gratamente sorprendidos con el resultado de su cocina, con la energía que imprime a su trabajo, con su espíritu aventurero y sus ideas bien claras.

Esa mezcla de sabores entre colores diversos, ese toque único que ha conseguido gestionando a la perfección herencias genéticas y aprendidas que llevan el sello romano, español e hispanoamericano. Fue una experiencia dulce como ese tono del habla chileno que nos acompañó durante la velada.

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