Vi la ilusión de Nieves en sus ojos, pero también en su obra, mientras recorría con ella las estancias de Innova Consulta unas semanas antes de su inauguración, aquello tenía su impronta y además ese componente tan necesario como imprescindible para que las cosas salgan adelante.
Ha sido un camino arduo y así tiene que ser, siempre pienso que las cosas que más merecen la pena son aquellas que más nos cuesta alcanzar, a ésas es a las que de verdad le damos el valor, porque lo fácil, aunque valioso, no nos marca tanto haberlo conseguido.
Nieves García con Gloria González en Innova Consulta.-Ldíez.
Ayer estaba exultante, elogios y adulaciones caían por doquier, pero mañana volverá a sus papeles, sus llamadas, sus tensiones, y ahí es donde de verdad se demuestra que la ilusión derrochada para poner en marcha el proyecto merece la pena, donde debe estar presente el empuje y las ganas, porque muchos de los que a ratos están, en ocasiones se quitan del medio, -mucho ruido y pocas nueces-, pero el camino se demuestra andando.
Y sin hacer ruido, con su puro entre las manos, casi tan nervioso como ella pero sin aparentarlo, estaba su padre, el otro alma mater del proyecto, en la sombra. Con la experiencia de muchos años precisamente en dos mundos que ahora son vitales, la formación y la empresa, y ya se sabe que la experiencia es la madre de la ciencia. Él bien lo sabe, pero desde su segundo plano no deja de mirar para que el motor siempre esté en marcha y que los vientos, que a veces soplan más fuerte, no desvíen el rumbo del timón.
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