Ni soy cocinera habitual ni sé si algún día llegaré a serlo, aunque si me pongo… la cuestión es que me gusta disfrutar cuando la gente que conozco consigue dar forma y fondo a sus retos personales. Hoy lo he vivido cerca de Antonio Granero, para los extremeños es el cocinero de la tele, para mí es mucho más. Conozco a Antonio desde hace años, no voy a cuantificarlos porque da igual. Siempre tras los fogones de aquí y de allá, disfrutando con lo suyo porque creo que lo mejor que le puede pasar a una persona es trabajar en lo que le gusta y además poder vivir de ello.
Antonio lo ha conseguido y aunque con los años le ha llegado la fama, sin fama también era así, un cocinero de vocación y de profesión, cercano, espontáneo, natural, y único, como lo somos cada uno porque cada persona es un mundo a descubrir para los demás.
Hoy he compartido con él, desde la distancia aunque corta, un momento importante, la presentación de un proyecto hecho realidad. Ahora dará el salto a la red de redes para universalizar aún más un estilo propio, una manera de hacer cocina y de contarla, que llega y pega, que se queda y se recuerda, que no deja indiferente, para bien o para mal.
En la cocina donde grabará sus recetas de Cocina Televisión.-Ldíez
Esto es así, que dirían esos amigos sevillanos que dieron la vuelta al mundo desde el youtube, pues sí, es así, hay gente que pasa por la vida sin hacer ruido, otros lo hacen casi sin querer y otros son tan ruidosos que se necesitan buenos tapones para salir indemnes. La cuestión es que lo encuadremos donde lo encuadremos, él es así y es feliz con lo que hace, lo demás da igual, o nos debe dar igual.
Hoy le he visto en varios momentos, nervioso a primera hora, directo en su momento de gloria, aflojando tensiones durante el camino y algo más relajados en su cocina, donde estaba en su salsa, nunca mejor dicho, aunque para salsa cuando ha ido dándose cuenta de que todo había salido bien y tan sólo quedaba disfrutarlo.
En el proyecto cuenta con otro 50% que pone la empresa Emprendedorex. Juan Carlos, Fernando y el resto del equipo, felicidades por esa labor de fe, trabajo y esfuerzo que necesita este proyecto en sus diferentes fases. Pero hoy quiero dedicar estas palabras al de la bata blanca que es una “jartá” de bueno en lo suyo y que tiene ese punto de gracejo propio que le hace ser diferente.
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