sábado, 12 de junio de 2010

Tiempo de cambios

Otra vez he cogido estos días la rebeca. Este tiempo caprichoso que se nos presenta cada día no nos da tregua y parece querer probarnos a cada paso. Una semana de intenso calor casi propio de pleno verano y luego un zarpazo con estos días tan fresquitos y de lluvias, en muchos sitios, incluso dañina.

El ser humano, que aspira a controlarlo todo, no puede con la climatología, eso parece que se le escapa. Aunque... ¿quién sabe si todos estos cambios no son más que el resultado de la mano del hombre con el paso de los años? No soy científica, ni quiero serlo, sólo observadora. Y tiro de memoria para recordar que este invierno tan lluvioso ha sido inusual para lo que recuerdan mis años, al menos en esta tierra extremeña. Tampoco es muy normal que en la segunda quincena del pasado mes de octubre me bañase en el mar, ¡con lo friolera que siempre he sido!, pero hacía calor, lo hizo casi hasta bien entrado noviembre.

















Y ahora este final de mayo y comienzo de junio tan veraniego, lástima que fuese sólo una especie de aparición porque esta lluvia y este frío de la última semana nos pilló traspuestos. Apenas recoges las prendas de invierno en esta tierra que no tiene primavera y de nuevo hay que tirar de ellas. Es sólo una tregua, lo sé, y cuando menos nos lo esperemos estaremos otra vez en tirantas, y lo que es peor quejándonos de nuevo por el calor que nos agota.




Somos así, humanos inconformistas.


Pero no voy a terminar sin acordarme de ti, tío, que te fuiste en esos días del incipiente verano, que nos dejaste el alma helada, tanto que conseguimos enfriar el ambiente y ahora que la serenidad nos va devolviendo a la realidad del día a día, poco a poco parece que vamos entrando de nuevo en calor. Nos quedan tantas cosas tuyas que aunque te hayas ido sigues siempre a nuestro lado.


No hay comentarios: