miércoles, 1 de abril de 2009

Juego de Colores


El blanco siempre había sido un color neutro y sin demasiada importancia, hasta en los trajes de novias había ido perdiendo su protagonismo para sucumbir ante los llamados blancos rotos, marfil o guiños de color aquí o allá, para ser un poco originales.

Y es que el tiempo juega en contra de algunas cosas, pero creo que a favor de otras. Quisiera pensar que hay momentos que se pueden reducir a juegos de colores, pero me temo que serán más que eso.

No es la primera vez que se habla de respeto en estas líneas y es que a diario podemos presenciar situaciones en que precisamente el respeto sale perjudicado seriamente. Decisiones que gustan a unos, lógicamente pueden disgustar a otros; personas que apoyan ciertas cuestiones pueden encontrarse con deserciones en sus filas por desavenencias.

Pero, ¿es posible ir más allá de las cuestiones formales y entrar en el fondo?
En procesos electorales de distintos ámbitos se vota a personas para que encabecen proyectos, se deposita en esas personas la confianza de los votantes porque creen que harán lo mejor para cierto colectivo. Después, en el día a día, hay decisiones que pueden gustar o no, pero en un período más o menos breve, de nuevo se convocarán elecciones y podrán ser cambiados los cargos directivos en función de los acuerdos o desacuerdos con la labor realizada.

Hasta entonces, debe reinar el respeto entre los ciudadanos, entre las personas, sin que por ello se tenga que obviar el derecho de todos a mostrar su disgusto ante cuestiones variadas, pero guardando las formas, lejos de presiones interesadas, sin ser prepotentes, ni rallar en el insulto denostando la labor que realizan quienes dan la cara.

Ante la próxima Semana Santa, que impere la cordura, que si hay cofradías que quieren lucir un lazo blanco puedan hacerlo, si otras no optan por ese gesto, pues tan amigos. Suponemos que son decisiones estudiadas por quienes tienen los cargos dirigentes y que obedecen a la opinión de la mayoría, que no siempre llegan por unanimidad aunque pudiera darse el caso.

Y ante las noticias que surgen estos días, me pregunto con tristeza, ¿dónde queda el derecho constitucional de la libertad de expresión? Yo no necesito ponerme un lazo cada vez que quiera expresar lo que pienso, pero podría hacerlo si me apeteciese. Me parece que tendríamos que repasar un poco nuestros derechos y deberes como ciudadanos porque si no acabaremos deteriorando la Democracia de la que tanto hacemos gala.

4 comentarios:

gustavo dijo...

Excelentes apreciaciones.. felicitaciones por el post!
Aunque no olvidemos que gran parte de la ciudadanía carente de actividad "ciudadana" y por ende de educación para comportarse en sociedad, nunca fue provista de elementos rudimentarios para ello, y cuando lo fue, se volvió arrogante..

En fin..
Una vez más Saludos!!
Gustablog

José F. Gras dijo...

sí, libertad de expresión y conciencia, igual para lucir que para no estar: Democracia, gracias

laura dijo...

Así es, esa es la clave, actuar en conciencia cada uno y dejar actuar al que está al lado. Que cada uno haga y deje hacer para que de verdad seamos consecuentes cada cual con su forma de pensar, no es más que éso.

gustavo dijo...

Laura no dejes de escribir, necesitamos reflexiones..

Saludos!