viernes, 14 de agosto de 2009

Diario pre-laboral


“Estoy a punto de concluir mis vacaciones de este año, relajada y sin alteraciones, con ciertas ganas de volver al mundillo laboral de lleno pero también con cierta sensación de hastío porque en esos días, en que la mente y el cuerpo están más desocupados de la presión laboral, una se mira más a sí misma, pero mira también desde otra óptica a quienes le rodean habitualmente y no siempre encuentra buenas sensaciones.

Aún así, las vacaciones me han preparado y estoy dispuesta a enfrentarme a ese mundo de falsas sonrisas, de promesas incumplidas, de deseos egoístas, de palabras huecas de contenido en muchos casos y de actos que no siempre conllevan las intenciones con las que se presentan para ganarse la admiración de los demás. Y no, no piensen en la clase política que está encasillada en ciertos modelos desde antaño, no hace falta centrarse en una imagen concreta porque esas sensaciones están más cerca de lo que nos creemos.

Y dispuesta, a pesar de saber que en unos instantes me veré envuelta en esa suerte de algarabías, contagiada de maneras insospechadas de ganas de que cada día pueda ser mejor que el anterior, aunque no siempre se consiga escapar a esos tentáculos de una sociedad a menudo distinta a la que cualquiera pretendería. Pero es nuestro alrededor y de ese aire que respiramos todos nos imbuimos casi sin darnos cuenta, la vida sigue y el movimiento nos pilla en camino, nos arrastra y envuelve nuestros pasos con tanta dificultad de ir contracorriente que enfrentarnos al destino se nos antoja una misión casi imposible.

La vida sigue y si algo me queda claro después de estas vacaciones, de descanso y de curas antiestrés, es determinar dónde no quiero estar. A partir del lunes comienza un nuevo período y no me propondré metas inalcanzables o cuestiones utópicas, no, mis propuestas están a pie de suelo. Y puesto que el movimiento se demuestra andando, no será una nueva persona la que se presente el lunes en las puertas del trabajo, no se trata de un cambio radical, se trata de una revolución callada desde el interior que espera dar frutos con paciencia, con constancia, pero sobre todo con mucha ilusión”.*

*.-Del diario de cualquier persona desocupada durante sus días de vacaciones.-

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Y quién es capaz de descansar en vacaciones?
Un saludo.