Nos hablan nuestros políticos de austeridad, de contención de gastos, de ahorro en definitiva, para intentar que la situación actual, si no puede mejorar de forma visible, al menos no empeore.
Austeridad… lo que nuestras madres han venido haciendo en casa desde siempre.
Esa es la verdadera política que conocemos más de cerca, la labor de administración del hogar, las vueltas y más vueltas que daban a cada decisión de gasto hasta comprobar que no era algo superfluo. ¿Para qué? Para que nunca faltase el alimento en la mesa, para que hubiera ropa en el armario acorde a cada estación del año, para que en Navidad los Reyes Magos nunca pasaran de largo… pero sobre todo para que la educación más allá de lo obligatorio estuviera al alcance de quienes querían ampliar estudios, aunque algunas ni siquiera lograban alcanzar ese estadio.
Madres como la mía, que con un sueldo de trabajador por cuenta ajena sacó adelante la economía familiar con cinco hijos y sus respectivas necesidades. , con algún que otro apoyo, siempre menos que más, para poder ofrecer la posibilidad de estudiar lo que cada uno hemos querido y hasta donde ha sido posible. Las madres, que son las que verdaderamente entienden de economía, de contención de gastos, de ahorros en silencio y auténtica administración.
A ellas va hoy mi reconocimiento, y ojala de ellas, de la mía, haya aprendido, me haya impregnado de ese saber hacer lo mejor para todos con los medios de los que disponía.
Austeridad… lo que nuestras madres han venido haciendo en casa desde siempre.
Esa es la verdadera política que conocemos más de cerca, la labor de administración del hogar, las vueltas y más vueltas que daban a cada decisión de gasto hasta comprobar que no era algo superfluo. ¿Para qué? Para que nunca faltase el alimento en la mesa, para que hubiera ropa en el armario acorde a cada estación del año, para que en Navidad los Reyes Magos nunca pasaran de largo… pero sobre todo para que la educación más allá de lo obligatorio estuviera al alcance de quienes querían ampliar estudios, aunque algunas ni siquiera lograban alcanzar ese estadio.
Madres como la mía, que con un sueldo de trabajador por cuenta ajena sacó adelante la economía familiar con cinco hijos y sus respectivas necesidades. , con algún que otro apoyo, siempre menos que más, para poder ofrecer la posibilidad de estudiar lo que cada uno hemos querido y hasta donde ha sido posible. Las madres, que son las que verdaderamente entienden de economía, de contención de gastos, de ahorros en silencio y auténtica administración.
A ellas va hoy mi reconocimiento, y ojala de ellas, de la mía, haya aprendido, me haya impregnado de ese saber hacer lo mejor para todos con los medios de los que disponía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario