Alguna vez escuché aquello de que “si quieres que algo no funcione crea una comisión” y me surge porque estaba pensando en que si quieres que alguien haga algo dile que está prohibido o algo parecido. Tenemos esa irrefrenable necesidad de palpar lo imposible porque nos crea esa sensación de atravesar la línea entre lo permitido y lo que no lo está.
Todo lo que no está a nuestro alcance nos llama la atención de manera espectacular y en muchos casos atrae tanto nuestra psique que hacemos lo que no está escrito para conseguirlo o estar tan cerca que lo podamos oler. Si te dicen algo “en secreto” te entran esas ganas increíbles de contarlo, incluso parece que vienen a ti oportunidades de contarlo continuamente.
Pero ¡qué difíciles somos los humanos! Y que atractivo es el día a día que nos pone a prueba continuamente. Junto a nosotros está la raya que podemos traspasar en cualquier momento, tenemos tantas fuerzas para hacerlo como para quedarnos al otro lado, la elección queda en el terreno de cada uno.
Pero, sobre todo, tenemos la libertad propia para elegir qué hacer y cuándo, eso es lo mejor de todo.
Todo lo que no está a nuestro alcance nos llama la atención de manera espectacular y en muchos casos atrae tanto nuestra psique que hacemos lo que no está escrito para conseguirlo o estar tan cerca que lo podamos oler. Si te dicen algo “en secreto” te entran esas ganas increíbles de contarlo, incluso parece que vienen a ti oportunidades de contarlo continuamente.
Pero ¡qué difíciles somos los humanos! Y que atractivo es el día a día que nos pone a prueba continuamente. Junto a nosotros está la raya que podemos traspasar en cualquier momento, tenemos tantas fuerzas para hacerlo como para quedarnos al otro lado, la elección queda en el terreno de cada uno.
Pero, sobre todo, tenemos la libertad propia para elegir qué hacer y cuándo, eso es lo mejor de todo.
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